Con la llegada del otoño, los días empiezan a ser algo más fríos y cuando más lo notamos suele ser por las noches. Si queremos encontrarnos a gusto y confortables en nuestro hogar, una de las mejores opciones es colocar una calefacción por radiadores de agua caliente, con una caldera de gas, este sistema es de muy fácil instalación y sin apenas obras, teniendo la ventaja de ser la energía más limpia y económica.
Los radiadores que general mente están fabricados en aluminio, no consumen el aire como lo puede hacer un sistema de aire acondicionado. Es el sistema más indicado para personas con alergias y problemas respiratorios.
La instalación se realiza mediante tuberías de cobre, que pueden ser instaladas por el interior de los tabiques, lo que haría que tuviésemos que realizar más obra, o en superficie, colocando las tuberías de cobre mediante unas abrazaderas fijadas a la pared.
De esta manera conseguiremos que las mismas tuberías que transportan el agua caliente a los radiadores, también generen calor. Una vez pintados del color de la pared, pasan total mente desapercibidos.
El termostato es el aparato que regula la temperatura de nuestra casa, lo colocaremos en la estancia donde nos encontramos habitual mente, para así mantener en ella la temperatura que nosotros deseemos.
Las calderas tenemos de dos tipos:
- Las estancas, son aquellas que la combustión se realiza dentro de las mismas, absorbiendo el aire del exterior, a través de un conducto y expulsando los gases que se generan de la combustión a través de otro conducto de tiro forzado.
- Las estandar, estas lo que hacen es aprovechar los gases de la combustión y los convierten en energía. Para ellas necesitamos disponer de un desagüe cerca, porque necesitan eliminar los desechos convertidos en agua.
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